Florentine Jones era director de una fábrica de relojes en Boston, Estados Unidos, pero en 1868 quiso crear su propia compañía, para lo que se trasladó a Suiza, concretamente a Schaffhausen, donde creo la Internacional Company Watch (IWC).
La marca IWC se ha caracterizado siempre por la innovación, por lanzarse a mercados inexplorados y tecnologías novedosas que luego se han probado como exitosas. Por ejemplo, en el año 1885 IWC lanzó al mercado los primeros relojes de bolsillo digitales.
Pero, sin duda, la gran innovación de la marca IWC, la seña de identidad que diferencia la marca del resto de sus competidores, es el mecanismo automático con balancín y rodillo, cuya perfección no ha sido superada todavía, a pesar de que su invención data del año 1940.
En estos momentos, IWC es la única marca de relojes de lujo que sigue fabricando relojes de bolsillo, cuya producción compagina con sus relojes de pulsera, en los que suele innovar, cada año, para satisfacer las expectativas de sus clientes.
Entre su gran cantidad de modelos, destacan algunos que son referentes de la relojería internacional como son: el Portugués, el Pilot, el DaVinci y el Ingenieur, que son muestras inequívocas de la tradición relojera suiza, combinada con la innovación genética estadounidense.