El creador de la marca fue Carlo Crocco, el cuál se había criado en una familia de relojeros suizos y había diseñado su primer reloj en el año 1977. Pero no fue hasta 1980 cuando el maestro relojero inició su propia empresa, MDM Genève, dentro de la cuál comenzó a desarrollarse la marca de relojes Hublot.
Por ello, los modelos Hublot eliminan todos los elementos innecesarios del diseño, y se centran en la practicidad del reloj, en la máxima simpleza, acompañada, eso sí, de fiabilidad y garantía de funcionamiento, lo cuál le otorga gran utilidad.
El elemento que inspiró la creación del diseño Hublot fue el ojo de un buey (no en vano Hublot significa ojo de buey en francés), y se produjo utilizando materias primas como el acero pulido y el oro, unidos, entre sí, con 12 tornillos de titanio. Crocco se vanagloriaba también de que para poder terminar su reloj se necesitaban, al menos, 160 operaciones manuales, lo cuál otorgaba al modelo de una gran exclusividad y singularidad.
Otra característica peculiar de los relojes Hublot es la desaparición del cuero de sus correas (material que, junto a la pedrería, había gobernado el sector), ya que, tras muchas indagaciones en busca del mejor material se decantó por el caucho natural, que le ofrecía características de flexibilidad, de ligereza y de durabilidad.
El comienzo del éxito de los relojes Hublot dentro del mundo de los relojes de lujo fue en el año 1980, en el que se convirtió en la auténtica sensación ya que ofrecía elementos que, hasta ese momento, no habían aparecido en ese tipo de relojes. Sin duda, los relojes Hublot supusieron un soplo de aire fresco en la industria relojera internacional.